- Área: 205 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Dianna Snape
Los propietarios se acercaron a nosotros con una pregunta común: ¿Es posible extender una vivienda pareada en un sitio estrecho? Esta propiedad construía sus dos plantas directamente hacia los muros medianeros; esto abrió un abanico de posibilidades espaciales que permitió una extensión en la planta baja de la cocina, el comedor y la sala de estar, y en el primer piso, de un dormitorio principal en suite y una estación de trabajo.
Se realizaron búsquedas formales y materiales para crear una relación con el edificio existente, pero en última instancia, se terminó en una expresión contemporánea. La forma resultante es un volúmen negro de tono único que se extruye a lo largo del sitio reflejando el mismo ángulo que la cubierta de tejas existente y cambiando drásticamente en dirección a la parte trasera, en respuesta a un acceso y el jardín posterior.
Los materiales y los colores del pórtico existente se utilizan internamente y externamente en la nueva adición. Estos materiales comunes sirven para unir las dos partes entre sí, lo que refuerza la idea de que tanto lo antiguo como lo nuevo, tan diferentes en estilo y época, nacen de la misma sustancia. Una parte importante del encargo de los propietarios era el diseño de un comedor separado y oculto de la cocina pero manteniendo una cierta relación espacial. Este espacio está rodeado por una combinación de materiales que incluyen ladrillo blanco, revestimiento blanco de madera, placas de acero satinado, vigas de concreto pulidas y otras maderas oscuras. Durante el día, los tragaluces y ventanas permiten el ingreso de luz que se refleja en el blanco predominante del interior.
En el núcleo de la extensión de la cocina aparece un tragaluz que conecta una habitación en la primera planta y el dormitorio principal en suite, a través de un noble entresuelo. La cocina es una inserción de madera en un espacio casi totalmente blanco, e incluye un banco de madera macizo que funciona como una mesa conectada directamente a la sala de estar.
Un muro de doble altura al lado de la escalera tiene grandes ventanales situados en el extremo norte para inundar de luz este espacio y una larga ventana se despliega por todo el lado occidental, creando patrones siempre cambiantes de la luz directa y reflejada a lo largo de la tarde y la noche. El salón está totalmente acristalado hacia el jardín norte.